Be kind, rewind, la última película de Michel Gondry, parece desarrollarse en un universo paralelo sin cámaras de vídeo digitales o iTunes. Cuando el inventario completo de VHS de un videoclub se desmagnetiza y queda inutilizado, los trabajadores no responden al desastre pasándose al DVD, sino reclutando a los clientes para que rehagan las películas con una videocámara VHS. Tras el humor y el espíritu comunitario de la película de Gondry se oculta una fuerte nostalgia por una tecnología que revolucionó el visionado doméstico pero que ahora parece destinada a la papelera de la historia... Más en El País
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